Las enfermeras pediátricas deben abogar por los niños a los que atienden.
Los especialistas en ética profesional hablan con elocuencia sobre varios paradigmas éticos: el consecuencialismo, que se centra en los resultados; deontología, que se obsesiona con el deber; egoísmo, que busca lo mejor para uno mismo. Como enfermera pediátrica, no se puede dar el lujo de permitirse en teoría como si estuviera en un seminario de enfermería. Su obligación ética es garantizar un entorno de seguridad y curación para las personas pequeñas a su cargo.
Conflictos parentales
Los padres se divorcian, pero las familias extendidas perduran, especialmente con un niño enfermo al que reunirse. Si solo uno de los padres tiene la custodia legal de un niño, ese padre dicta el acceso del otro padre. Los padres a menudo usan a un niño como un peón en su propia guerra personal, creando situaciones que simplemente apestan. No son justos, y los adultos se niegan a escuchar la razón, en perjuicio de sus hijos. No puede obligar a los padres a ser justos o civiles, pero puede proteger el bienestar de su paciente. Si cree que uno de los padres presenta un riesgo, por ejemplo, huir con el niño, ayúdenos a establecer un plan de seguridad. Coloque un guardia en la puerta, si es necesario. Insista en que los desacuerdos tengan lugar fuera de la habitación del hospital del niño. En un entorno ambulatorio, establezca indicadores cuidadosos en la historia clínica para controlar quién puede acceder a qué información. Un niño enfermo no necesita el estrés de pelearse con los padres para empeorar las cosas. No puede curar la discordia familiar, pero puede ayudar a imponer un entorno de seguridad y curación mientras el niño está a su cuidado.
Cuidado al final de la vida
En la mayoría de los hospitales, el comité de ética aparece casi exclusivamente para tratar con disputas sobre la atención al final de la vida. No es probable que un niño gravemente herido o que padezca una enfermedad crónica mortal sobreviva, pero los miembros de la familia a veces exigen que el hospital haga todo lo posible para prolongar la vida de su hijo. Los médicos generalmente saben cuando el cuidado es inútil y no tienen el deber de brindar cuidados inútiles. Pero la atención al final de la vida se trata tanto de la familia como del niño. A veces, la familia necesita tiempo para despedirse. Como enfermera, sabes lo que va a pasar. Tu tarea es ayudar a la familia a aceptarla. Involucre a los capellanes y a los consejeros del personal para brindar apoyo emocional adicional a los familiares en duelo. Evite ser absorbido por el drama y no brinde falsas esperanzas: su tarea es garantizar el mejor interés de su paciente, y eso generalmente significa brindar atención de confort hasta que la familia esté lista para interrumpir el soporte vital.
Abuso y negligencia
Los casos obvios de abuso y negligencia generalmente se resuelven en la sala de emergencias. Los casos menos obvios son más difíciles de identificar y afectar a las enfermeras tanto en pacientes internos como ambulatorios. Cuando ve a un niño hosco, retraído, presenta un historial traumático complicado o demuestra temor a un padre o adulto, considérelo como una señal de advertencia y confíe en su instinto. La mayoría de los estados requieren RN que sospechen de abuso o negligencia para presentar informes ante la agencia estatal de servicios de protección infantil. Judith Herman, médica y defensora de las víctimas, señaló en su influyente libro de 1992 "Trauma and Recovery" que los "síntomas psicológicos de angustia de las personas traumatizadas simultáneamente llaman la atención sobre la existencia de un secreto indescriptible y desvían la atención de él". Si está debatiendo si un niño podría estar en riesgo, hable con el médico del niño o consulte con un trabajador social. Una investigación que aparece vacía es mejor que ignorar, y así perpetuar, un "secreto indescriptible".
Guardianes resistentes
Los adultos no necesitan pasar una prueba de competencia para procrear, un hecho que no siempre funcionan bien para su progenie enferma. Algunos padres, por razones religiosas o culturales, limitan el tipo de tratamientos que aprobarán para sus hijos. Por ejemplo, algunas sectas fundamentalistas rechazan la vacunación y los testigos de Jehová rechazan las transfusiones de sangre. Como profesional clínico con licencia, usted sabe cuál es la mejor práctica para su paciente, pero los derechos de los padres generalmente prevalecen sobre la literatura médica. En los casos en que la solicitud de un padre amenaza directamente la vida o la salud de un niño bajo su cuidado, no dude en remitir el asunto al comité de ética de su organización de salud oa un trabajador social médico para una evaluación adicional. En algunos casos, un tribunal puede otorgar derechos de tutela temporal en nombre del niño, mientras que la aptitud de los padres recibe un escrutinio adicional.
Autocuidado
Los niños enfermos tiran de nuestras fibras del corazón, y estar en medio de disputas éticas sobre un niño enfermo puede resultar emocionalmente agotador. Una enfermera puede tomar mucho, pero llega a un punto de ruptura como cualquier otra persona. Busque maneras de cuidar su propia salud mental, especialmente cuando ha enfrentado problemas complejos y emocionalmente complejos en el trabajo. Algo tan simple como un día en el spa o un fin de semana tranquilo con su pareja puede ayudar, pero nunca dude en buscar asesoramiento profesional si las cargas emocionales que maneja en el trabajo interfieren en su vida hogareña. Una enfermera emocionalmente comprometida es ella misma un riesgo clínico y ético para los niños bajo su cuidado.