Los jabones herbicidas, harina de gluten de maíz y controles biológicos son alternativas efectivas a los herbicidas químicos.
Las malezas no son más que plantas que aprovechan los recursos no utilizados en áreas cultivado por humanos Según la Agencia de Protección Ambiental, un buen programa de manejo de jardines, jardines o cultivos, en lugar de un pesticida químico, es el primer paso en el control de malezas efectivo y ambientalmente responsable (ver referencia 1). El manejo adecuado y los métodos orgánicos ofrecen diversos beneficios sobre los plaguicidas químicos, incluida una mayor biodiversidad, una mejor nutrición y estructura del suelo y la protección de las aguas subterráneas y superficiales (ver referencia 2).
Pesticidas químicos
Controles químicos de plagas, incluidos herbicidas diseñado para matar malezas ha tenido un gran impacto en el aumento de los rendimientos de los cultivos desde el comienzo de su desarrollo y aplicación en la década de 1950. Sin embargo, presentan una amplia gama de consecuencias para la salud humana y ambiental, incluida la supervivencia a largo plazo amenazada de los principales ecosistemas; una interrupción del equilibrio natural dentro de la cadena alimentaria; pérdida de biodiversidad; contaminación del agua, suelo y aire; y problemas crónicos de salud para personas en todo el mundo (ver referencia 3). Los herbicidas, en particular, también aumentan la resistencia de las malezas, fomentando la dependencia de los controles químicos y representan una amenaza para los genes de especies de plantas silvestres que entran en contacto con herbicidas o polinización cruzada con plantas tratadas (ver Referencia 4).
Hierba Supresión
El control orgánico de malezas fomenta la supresión de malezas en lugar de la eliminación. Esto se hace promoviendo la salud del suelo mediante una combinación de rotación de cultivos, cultivos de cobertura, fertilizantes biológicos, compost y mantillo. Un suelo sano aumenta la salud y la competitividad de las plantas. Los componentes naturales del compost suprimen el crecimiento de malezas. (Ver referencia 4)
Prácticas de cultivo
El tiempo adecuado de cultivo, el espaciamiento de la planta y la selección de semillas desalientan la prevalencia de malezas. Plantar los cultivos en el momento del año en que crecen más rápidamente aumenta la probabilidad de que crezcan más rápido que las malas hierbas y los superen con los recursos para los que compiten, como los nutrientes del suelo, la humedad y la luz solar. Un dosel foliar rápido sombreará las malas hierbas y desalienta su prevalencia. De la misma manera, los cultivos poco espaciados dificultan el crecimiento de las malas hierbas. Las semillas bien adaptadas al clima local y las condiciones del suelo también aseguran un crecimiento rápido y plantas sanas. (Ver referencia 4)
Alternativas naturales a los plaguicidas
En algunos casos, se necesita ayuda adicional para combatir las malas hierbas obstinadas y reemergentes. Los jabones herbicidas son efectivos como un tratamiento localizado. Deshidratan las plantas al romper la cutícula externa en la superficie de la hoja. Este método no es efectivo para combatir malezas perennes. Harina de gluten de maíz inhibe la formación de raíces en las semillas en germinación. También actúa como un fertilizante natural para plantas maduras con sistemas de raíces establecidos. (Ver referencia 5)