Los shibas son parientes cercanos de la raza japonesa Akita Inu.
Los Shiba Inus fueron criados para cazar en los bosques y matorrales del antiguo Japón, pero ahora la mayoría de los miembros del la raza disfruta de un estilo de vida tranquilo y doméstico. Los Shibas son conocidos por sus mentes inquisitivas e inteligentes y sus altos niveles de energía. Desafortunadamente, son propensos a algunas debilidades genéticas y problemas de salud.
Problemas oculares
Los ojos naturalmente inclinados del Shiba son uno de los rasgos físicos únicos de la raza, por lo que puede molestar a algunos propietarios saber que estos perros están predispuestos a problemas. Son propensos al glaucoma, que es una deformidad del globo ocular causada por la presión de una acumulación de líquido detrás del tejido ocular. El glaucoma es un problema recientemente reconocido con la raza, y algunos veterinarios creen que las deformidades hereditarias son las culpables. Los shibas tienen un alto riesgo de desarrollar atrofia progresiva de la retina (ARP), que causa una degradación lenta de su visión a lo largo de los años. Pídale a su veterinario que eche un vistazo a los ojos de su perro cuando lo lleve a un chequeo. Si su Shiba tiene una dolencia incurable, como PRA, hable con su veterinario sobre las formas de jugar e interactuar con él después de que su vista desaparezca. El veterinario puede ayudarlo a idear ideas para mantenerlo alerta, lúdico y seguro a pesar de su pérdida de visión.
Alergias
No es ningún secreto que su perro puede causar reacciones alérgicas en las personas, pero ¿sabía que puede sufrir? de alergias a sí mismo? De hecho, las alergias pueden aumentar la velocidad a la que arroja, lo que a su vez hace que libere más alérgenos en su entorno. Hay dos categorías principales de alergias: piel y dieta. El polen, el polvo y las excreciones polvorientas de las aves de compañía son solo algunos de los irritantes que pueden provocar comezón e inflamación en la piel de su perro. Las alergias alimentarias son un poco más graves, ya que pueden alterar el sistema digestivo de su perro y causar diarrea, vómitos y pérdida de apetito.
Problemas óseos y articulares
Los shibas son traviesos, posiblemente hasta molestos; se divierten mucho explorando y jugando, por lo que los problemas óseos pueden dañar la calidad de vida de un Shiba Inu. La luxación de la rótula, que es el desplazamiento de la rótula de su perro, es un problema común para Shiba Inus. Aproximadamente el 7 por ciento de la raza tiene este trastorno, según el National Shiba Club of America. Los shibas también son propensos a la displasia de cadera y codo, que son deformidades menores en el hueso alrededor de la articulación. Estos crecimientos pueden evitar que su perro extienda completamente sus piernas, lo que lo hace flácido o no desea ejercitarse. La cirugía es necesaria para eliminar el crecimiento deformado.
Disfunción de glándulas
Si bien la mayoría de los problemas de salud de Shiba son muy manejables, especialmente si se detectan temprano, algunos defectos genéticos pueden ocasionar problemas más serios y permanentes. Los shibas también son vulnerables a los problemas glandulares, incluidos el hipotiroidismo, el hiperadrenalismo y la enfermedad de Addison. Tanto el hiperadrenalismo como el de Addison implican un desorden de las glándulas suprarrenales, que produce una producción excesiva o insuficiente de hormonas clave. Los problemas glandulares tienen una gran variedad de síntomas, por lo que son difíciles de diagnosticar sin realizar pruebas de laboratorio. Algunos síntomas comunes son cambios severos en el apetito, aumento o pérdida de peso, pérdida de cabello, letargo e irregularidad digestiva.
Identificación y manejo
Puede sentirse un poco abrumado al saber todo lo que podría afectar a su Shiba, pero no lo haga. estar demasiado preocupado Su primera prioridad debe ser mantener a su perro tan feliz y saludable como sea posible. Juega con él cada vez que tengas oportunidad y manténlo alimentado y regado; él no pedirá mucho más. Lleve a su Shiba al veterinario para chequeos regulares y escuche lo que ella recomienda para su salud a largo plazo. Hay algunos problemas de salud que no se pueden tratar o prevenir, por lo que no tiene sentido preocuparse por ellos. Disfrute el tiempo que pasa con su perro y ayúdelo a disfrutarlo también.