
El dinero puede causar fricción entre las parejas
Los románticos afirman que el dinero no puede comprar amor. Demostrar que, sin embargo, ni siquiera es posible, ya que el amor no es tan simple como la aritmética. Lo que ha sido evidente a lo largo de la historia humana, sin embargo, es que el dinero sí tiene el poder de establecer o romper una relación. Aquellos que no son impulsados por la codicia pueden creer que las cuestiones financieras nunca se interpondrán entre ellos y su pareja, pero a veces eso resulta ser incorrecto.
Dinero y Satisfacción
Un estudio de investigación de la Texas Tech University sugiere que la economía la dificultad evidentemente tiene efectos negativos en los matrimonios. Las parejas con estrés financiero extremo tienden a tener niveles más bajos de satisfacción en sus relaciones. Emocionalmente forzados por su lucha financiera, algunas personas se vuelven más hostiles, irritables o poco comunicativas con su cónyuge. Muchas parejas incluso se señalan el uno al otro por su caída financiera. Esto no quiere decir, sin embargo, que las parejas de bajos ingresos están condenadas a tener relaciones menos exitosas que los millonarios. Con una comunicación constructiva y un compromiso, una pareja con problemas financieros puede salvar su relación y prosperar juntos en su crisis financiera.
Hábitos de gasto
Cuando una pareja comparte la misma actitud hacia el dinero, su relación tiende a prosperar. Sin embargo, si un penny-pincher se empareja con un derrochador, es una combinación hecha en el infierno. El avaro puede siempre suspirar a la vista de las bolsas de la compra de su compañero imprudente, mientras que el despilfarrador no puede evitar pensar que su amante financieramente prudente es tan aburrido. Cuando se enfrenta con este problema, la pareja necesita mantener una conversación seria e intentar establecer sus metas financieras compartidas en lugar de permitir que la fricción se acumule con el tiempo.
Dinero y comunicación
El dinero es un tema delicado para debatir. A muchas parejas les resulta difícil hablar de sus desacuerdos financieros de una manera tranquila y abierta. Incluso un pequeño problema, como una factura telefónica no pagada, a veces puede llevar a una feroz competencia de gritos. Lo que muchas personas a menudo no reconocen es que el dinero no es solo un asunto tangible, sino que también conlleva un peso emocional. Según el Dr. Terri Orbuch, profesor de sociología en la Universidad de Oakland, los argumentos financieros entre una pareja no siempre se refieren al dinero en sí, sino que pueden tener más que ver con problemas más profundos, como la autoestima y el control.
Muchas parejas comprometidas comparten sus ingresos y dividen sus gastos. Si bien esta estrategia financiera puede sonar optimista, también podría enredar a una pareja en una red de conflictos y finalmente destruir su relación. Por ejemplo, una esposa puede ser llevada al borde de la locura después de enterarse de que su esposo agotó su cuenta conjunta y gastó el dinero en un lujoso automóvil en lugar de remodelar la cocina. Algunas personas pueden sentir que es injusto que tengan que trabajar muchas horas solo para ver a su pareja desempleada gastar su dinero como un marinero borracho. Para mantener una relación sana, las parejas que comparten su riqueza deben trabajar juntas para crear un presupuesto, establecer reglas de gasto específicas y siempre consultar entre sí antes de cualquier compra importante.




