Es fácil sentirse complacido cuando las cosas van bien.
La complacencia es como las sirenas míticas cuya dulce música atrajo a los marineros a las traidoras aguas rocosas, donde sus barcos se hundieron y los marineros murieron. Los marineros sabían que las aguas eran peligrosas, pero simplemente no pudieron resistirse. Al igual que el canto de las sirenas, la complacencia es seductora porque proporciona una sensación de bienestar. Desafortunadamente, puede tener consecuencias desastrosas, como un accidente, una oportunidad de negocio perdida o incluso la muerte.
Como sucede
La complacencia por lo general se desliza en el lugar de trabajo como resultado de un exceso de confianza. Los trabajadores con experiencia pueden saltarse las precauciones de seguridad que requieren tiempo y esfuerzo adicionales. Los trabajadores que realizan tareas repetitivas, por ejemplo con maquinaria, pueden estar menos alertas, incluso si no violan los procedimientos de seguridad. En la prensa de los negocios diarios, los supervisores pueden pasar por alto la necesidad de inspeccionar el equipo regularmente para detectar signos de desgaste o estrés. En un entorno de oficina, la complacencia puede aparecer como una seguridad injustificada o dar por sentado a un cliente.
Lesiones y muerte
Los accidentes, que pueden provocar lesiones graves o la muerte, con frecuencia son consecuencia de la complacencia. Por ejemplo, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de 2010 estimó que el porcentaje de 70 de los accidentes de las refinerías en los Estados Unidos se debió a problemas de administración de la seguridad del proceso, como fallas mecánicas prevenibles, procedimientos operativos defectuosos y falta de implementación de las recomendaciones de las inspecciones de seguridad.
Sorpresas no deseadas y oportunidades perdidas.
En un entorno corporativo, es fácil dar por sentado a un cliente a largo plazo. El cliente siempre ha renovado el contrato, por lo que ni siquiera piensa en la posibilidad de que se cambie a otro proveedor, hasta que suceda. La complacencia puede evitar que le haga al cliente las preguntas obvias: ¿Está satisfecho con nuestro desempeño? ¿Que podriamos hacer mejor? Al dar por sentado al cliente, también se pierde la oportunidad de aumentar las ganancias al ampliar la gama de servicios que presta. Haga la otra pregunta obvia: ¿Existen otras áreas en las que podamos proporcionar servicios adicionales?
Prevención de la complacencia
La capacitación es excelente para la conciencia de seguridad entre los empleados nuevos, pero no es muy eficaz para evitar que los empleados experimentados se vuelvan descuidados o confiados. El entrenamiento de la conciencia puede inspirar cautela por un corto tiempo, pero pronto desaparece. Las reuniones periódicas de seguridad son una forma de revitalizar el compromiso de su personal con la seguridad. Pida a los empleados que identifiquen los equipos o procedimientos que sean potencialmente peligrosos. Para reforzar la seguridad entre los empleados experimentados, pida a uno de ellos que dirija una reunión de seguridad y luego nombre a una persona con experiencia diferente para que dirija la próxima reunión. Enseñar seguridad a otros les inspirará a ser modelos a seguir para prácticas seguras. En el entorno corporativo, una competencia saludable, con recompensas adjuntas, es una excelente manera de garantizar que todos presten atención a los detalles para que no se dé por sentado a ningún cliente.