Los dividendos pueden generar muchos tipos diferentes de consecuencias fiscales.
Una acción que paga dividendos puede ser una inversión atractiva porque proporciona ingresos en forma regular. Si las acciones no suben de valor, los inversores aún obtienen una ganancia del dividendo. Al igual que con la mayoría de los ingresos, los dividendos de las acciones están sujetos a impuestos, al igual que las ganancias de capital que generan. Las consecuencias fiscales específicas de las acciones dependen de la naturaleza del dividendo y sus ganancias de capital.
Dividendos ordinarios
La mayoría de los pagos de dividendos de corporaciones se gravan a su tasa marginal como ingreso ordinario. Si son lo suficientemente importantes, podrían pasar a un nuevo tramo de impuestos dependiendo de sus otros ingresos. La mejor manera de saber si sus dividendos se consideran ordinarios es verificar el Formulario 1099-DIV emitido por la compañía. Si tiene algunas cifras en el recuadro 1a de esa forma, tendrá dividendos "ordinarios".
Dividendos calificados
Algunos pagos de dividendos son dividendos calificados y reciben una tasa impositiva más favorable. Si puede comprar acciones que pagan dividendos que emiten dividendos calificados, deberá menos dinero al momento de pagar los impuestos. Los dividendos calificados solo obtienen ese estado si cumplen con ciertos criterios establecidos por el Servicio de Impuestos Internos. La forma más sencilla de saber si sus dividendos están calificados es mirar su formulario 1099-DIV de fin de año, donde aparecerán en la sección 1b. A partir de 2012, los dividendos calificados están sujetos a impuestos al porcentaje de 15 o al porcentaje de 0, dependiendo de si su tasa impositiva marginal es el porcentaje de 25 o superior.
Ganancias de capital
Si vende sus acciones que pagan dividendos con una ganancia, será responsable del impuesto sobre las ganancias de capital. Las ganancias de capital a corto plazo, o los activos mantenidos por un año o menos, están sujetos a impuestos a las tasas de ingreso ordinarias, al igual que los dividendos ordinarios. Si mantiene las acciones por más de un año, califica para la tasa de ganancias de capital a largo plazo. A partir de 2010, la tasa impositiva máxima sobre ganancias de capital para la mayoría de las personas era 15 por ciento. Para aquellos en los grupos de impuestos más bajos, la tasa de ganancias de capital fue 0 por ciento.
Cuentas de jubilación
Si mantiene sus acciones que pagan dividendos en una cuenta de jubilación, como un plan 401 (k) o una cuenta de jubilación individual, no tiene que preocuparse por pagar impuestos hasta que retire el dinero. Todos los dividendos, intereses y ganancias de capital ganados en una cuenta de jubilación son impuestos diferidos hasta la distribución, momento en el cual se convierten en impuestos a las tasas de ingreso ordinarias. La excepción es una cuenta Roth. Sus distribuciones son típicamente libres de impuestos.