Las ensaladas de frutas son una manera fácil de cumplir con los requerimientos diarios de vitamina K.
Si consumes una dieta equilibrada y saludable que contenga cantidades adecuadas de frutas y vegetales, probablemente estés cumpliendo con los requisitos de vitamina K de tu cuerpo. Si no es un consumidor regular de frutas, puede aumentar fácilmente su ingesta agregando pequeñas cantidades a cada comida. Asegurarse de consumir suficientes alimentos ricos en vitamina K puede ser divertido y sabroso.
Las mejores fuentes de fruta
Muchas frutas son buenas fuentes de vitamina K. Por ejemplo, los aguacates contienen 38.8 por ciento del valor diario, y los arándanos proporcionan 35.7 por ciento. Una pequeña ensalada de taco con guacamole seguido de una bola de helado de vainilla con arándanos es un ejemplo de una deliciosa comida de verano que proporciona casi toda la vitamina K que necesita para ese día.
Otras fuentes de fruta
Aunque no es tan alto en vitamina K como aguacates o arándanos, muchas otras frutas contienen cantidades adecuadas de esta sustancia. Algunas frutas que contienen entre 10 y 20 por ciento DV incluyen tomates, uvas, frambuesas y peras. Si bien estas frutas contienen vitamina K y pueden satisfacer sus necesidades diarias, la fuente más excelente de K se encuentra en las verduras de hoja verde. Por ejemplo, el nivel más alto de vitamina K que se encuentra en la fruta es aproximadamente 39 por ciento DV, mientras que la espinaca proporciona un enorme 1.110 por ciento de DV para vitamina K.
Requisitos de ingesta
Ingesta recomendada del Instituto de Medicina para hombres adultos es de 120 microgramos al día, y las mujeres adultas deben tomar 90 microgramos. Para poner esto en contexto, un aguacate, la mayor fuente de vitamina K, contiene 42 microgramos de vitamina K.
Consideraciones
La vitamina K es fundamental en el proceso de coagulación de la sangre de su cuerpo y regula los niveles de calcio en la sangre. Puede ayudar a prevenir los problemas de salud causados por la deficiencia de vitamina K, como la aparición de moretones, el sangrado excesivo y la calcificación de los vasos sanguíneos asegurando un consumo regular de esta vitamina. Agregar fruta a su dieta es una manera fácil de lograr este objetivo. Un batido de arándanos, un plato de merienda de pera y queso o un tomate cortado rociado con aceite de oliva y servido con queso mozzarella son todas maneras sabrosas de consumir esta sustancia necesaria.
