Una OPI permite a los inversores comprar y vender acciones de una empresa.
El zumbido en el mundo de las finanzas se intensifica cuando una empresa privada muy conocida decide hacerlo público y vende y emite acciones. Toda la conmoción se debe a que la compañía que ofrece sus primeras ofertas públicas iniciales, conocida como una OPI. Para algunas compañías, la atención es parte de la atracción de hacer una OPI: hacer que los inversores se entusiasmen con lo que ofrecen para que las acciones se compren como caramelos. Sin embargo, antes de que una empresa decida iniciar una OPI, debe sopesar cuidadosamente las ventajas y desventajas de abrir la empresa al público.
Capital creciente
La mayoría de las empresas hacen una OPI porque necesitan aumentar el capital. Otros lo hacen porque el nuevo dinero les ayuda a comprar otras empresas que forman parte de sus planes de crecimiento. A veces los fondos se destinan a investigación y desarrollo. Algunas compañías usan el dinero para pagar la deuda existente. El escenario se establece después de una salida a bolsa, ya que a la empresa generalmente le resulta más fácil recaudar efectivo en el futuro utilizando su capital. Según Ivo Welch, profesor de finanzas en UCLA, alrededor de un tercio de todos los emisores de OPI regresan al mercado dentro de cinco años para recaudar más capital.
Liquidez
Los inversores en una empresa encuentran que una OPI es una situación ventajosa, ya que pueden retirar sus acciones y recuperar su inversión. El fundador de una empresa también puede vender todas o algunas de sus acciones, un gran beneficio para él que no siempre es percibido de esa manera por el público. El público puede ver la disposición del propietario para vender algunas de sus propias acciones como una señal de que está saltando. Esto, a su vez, puede hacer que el público se asuste y venda toneladas de acciones, lo que hace que el precio de las acciones caiga profundamente y que el público pierda la fe en la compañía.
Control
Una vez que los accionistas entran en escena, el fundador de la empresa puede perder parte de su independencia para dirigir la empresa. Puede perder el control de la compañía por completo, y ser despedido por una nueva junta directiva. Las medidas contra la toma de control, como escalonar los nombramientos de nuevos miembros de la junta, ayudan a contrarrestar estos problemas y forman parte de una estrategia inteligente de salida a bolsa. De lo contrario, un cambio rápido en el liderazgo no es un buen augurio para los inversores externos que ven la lucha y comienzan a perder la fe en la empresa y, por lo tanto, en sus acciones.
Gasto
Una IPO toma una tremenda cantidad de tiempo y dinero para prepararse. Esto puede ser una desventaja para una compañía con fondos limitados. Antes de ver un centavo del dinero de la OPI, la empresa debe contratar aseguradores, empresas de auditoría y abogados para que lo asesoren durante el proceso de oferta. Muchas firmas contratan firmas de relaciones públicas para ayudarles a lidiar con los medios de comunicación. Gran parte de este trabajo se realiza para llegar a un precio de venta para las acciones. El público ve el costo de las acciones de diferentes maneras; las acciones de menor precio pueden sugerir que la compañía es débil, mientras que las acciones de mayor precio pueden hacer que algunos inversores se alejen por completo.