Ejercicios De Buen Estómago Para Promover La Buena Respiración

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Buena respiración significa respirar de manera plena y profunda. Al contraer su diafragma junto con los músculos entre sus costillas, puede utilizar la capacidad total de sus pulmones. Si respiras correctamente, no necesitas esforzarte o luchar. La parte superior del pecho, el esternón y los hombros apenas se moverán. Respiración superficial resulta de levantar las costillas y los hombros para expandir los pulmones. Este tipo de respiración produce menos ventilación y fatiga. Los ejercicios estomacales para promover una buena respiración implican principalmente fortalecer su diafragma.

Aprendiendo a usar el abdomen

Realice un ejercicio básico de respiración abdominal para aprender a inhalar y exhalar correctamente. Acuéstese de espaldas con las rodillas dobladas. Coloque una toalla debajo de su cabeza, apuntando su barbilla hacia su pecho y alargando su cuello. Descansa tus manos sobre tu abdomen. Apunta tus dedos hacia tu ombligo. Visualiza dirigiendo tu respiración a tu ombligo. Inhala lentamente por la nariz. Mientras atrae la respiración a su ombligo, permita que su abdomen se expanda. Comience con una respiración suave. Extienda lentamente la duración de cada inhalación y exhalación. Use sus manos para revisar la parte superior de su pecho en busca de movimientos incorrectos. Aumente la presión que ejerce sobre su abdomen al mismo tiempo que aumenta la cantidad de aire que absorbe. Coloque las manos sobre los oblicuos o los lados de los abdominales. Usa tu respiración para expandir tus oblicuos tiempos 10. Imagina que tu estómago es un globo con forma de salchicha que se infla y desinfla. Concluya el ejercicio respirando profundamente y expandiendo el frente y los lados de su abdomen.

Controlando el Abdomen

Al utilizar los músculos abdominales para respirar, se activa automáticamente el diafragma. Use un libro u otro objeto pesado para aumentar la dificultad del ejercicio básico de respiración abdominal. Comenzar en la misma posición, acostado en el suelo. Coloque un libro grueso sobre su abdomen. Inhala y exhala profundamente e intenta mover el libro solo con tu abdomen. Evite cualquier movimiento de sus hombros, pecho o caja torácica. Asegure una cinta métrica alrededor de su pecho y repita el ejercicio. Revise la cinta para ver si su pecho también se está expandiendo. Si es así, estás respirando incorrectamente.

Uso de la lengua y el abdomen para dirigir la respiración

Use su lengua para ayudar a dirigir su respiración hacia la parte inferior del abdomen. Recuéstate sobre tu espalda, colocando tus brazos 12 a 14 a una distancia de tu cuerpo. Gira las palmas hacia abajo. Doble las rodillas y acerque los pies a las nalgas. Presione la punta de la lengua contra sus dientes frontales inferiores. Cuenta uno y exhala. Sople una fuerte ráfaga por la boca y desinfle el abdomen. Mueva las rodillas hacia el pecho al mismo tiempo que exhala. Repita la exhalación y el balanceo de rodilla en la cuenta dos. Volver a la posición inicial. Presione la punta de la lengua hacia los dientes frontales superiores. Cuenta uno e inhala. Huela con fuerza por la nariz, infle la parte inferior del abdomen y al mismo tiempo mueva las rodillas hacia el pecho. Repita el olfateo y el balanceo de rodilla en la cuenta dos. Regrese a la posición inicial con los pies apoyados en el piso. Repita el ejercicio 10 veces en un movimiento de balanceo, balanceando las rodillas hacia el pecho y alternando entre inhalaciones y exhalaciones.

Agregar un peso a un ejercicio de respiración abdominal

Al realizar un refuerzo abdominal con un peso, puede mejorar la coordinación y la fuerza de su diafragma. Cuando exhale en este ejercicio, intente mantener la contracción abdominal sin apretar los glúteos ni mover la parte baja de la espalda. Acuéstate en el suelo con las rodillas dobladas. Coloque una toalla medio enrollada debajo de la espalda baja. Levante un balón medicinal hasta que sus brazos estén verticales al piso. Inhale y mueva lentamente la bola hacia su cabeza en un movimiento de arco. Cuando la pelota casi toque el piso sobre tu cabeza, exhala con una fuerte ráfaga a través de los labios fruncidos. Lentamente vuelva a colocar la bola en la posición inicial, usando el mismo movimiento de arco.